Recientemente, leí un artículo en la revista Nature sobre los modelos de riesgo en precipitaciones extremas convencionales. Se destacaba que estos modelos están volviéndose inadecuados para evaluar los riesgos actuales. Esto me hizo reflexionar sobre los estudios hidrológicos tradicionales. No es que estemos haciendo algo mal, sino que nuestros métodos ya no son compatibles con las condiciones climáticas actuales.
Un claro ejemplo de esto es México, donde la temporada de huracanes tradicionalmente comienza en septiembre. Sin embargo, lo últimos años se ha venido adelantando debido a las variaciones en las condiciones oceánicas y atmosféricas. Las consecuencias de este adelanto son significativas en términos de preparación, impacto socioeconómico y medioambiental.
El adelanto de la temporada de huracanes implica un período más largo de actividad, también se ha aumentado la frecuencia de tormentas, así como su intensidad, y por ende, la posibilidad de impactos devastadores. Las comunidades y los gobiernos deben ajustar sus calendarios de preparación y respuesta a emergencias, lo que genera una mayor necesidad de recursos financieros y humanos. Además, los programas de capacitación y las campañas de concienciación deben iniciarse antes.
Las comunidades costeras enfrentan mayores desafíos económicos debido al adelanto de la temporada de huracanes. Las infraestructuras críticas, como carreteras, puentes y servicios públicos, pueden estar en riesgo por más tiempo. Asimismo, el turismo, una fuente clave de ingresos para muchas economías locales, puede verse afectado negativamente.
Un estudio hidrológico convencional se centra en evaluar el ciclo del agua en una región específica. Este procedimiento incluye la recolección de datos hidrometeorológicos, análisis de cuencas hidrográficas, modelado de escurrimientos y validación de modelos. Con el cambio climático, es esencial actualizar estos métodos. Los escenarios climáticos globales y regionales proyectan futuros patrones climáticos, y la integración de estos datos en estudios hidrológicos mejora la precisión de los modelos, ayudando a anticipar variaciones en precipitación y temperatura.
El cambio climático afecta directamente los parámetros hidrológicos, provocando variaciones en la precipitación, cambios en el patrón de escurrimientos y un aumento de eventos extremos. Estos cambios requieren ajustes en la recolección y análisis de datos para mantener la precisión y relevancia de los estudios hidrológicos.