El calentamiento global es un tema que ha sido de interés general por sus impactos en diferentes áreas sociales y económicas, y que todos de forma directa e indirecta estamos involucrados. Sin embargo, hay casos como la afectación en las costas, que son particularmente importantes analizar, ya que además de ser las primeras zonas afectadas por el fenómeno, impactan directamente en las principales actividades económicas de algunas ciudades.
Por ejemplo, la zona turística de Cancún y la Riviera Maya en el Estado de Quintana Roo, que representa uno de los desarrollos turísticos más importantes de México y fuente estratégica de ingresos para la economía nacional, por su ubicación geográfica es muy vulnerable a los fenómenos climatológicos, y principalmente a la erosión de la costa, la cual afecta a los ecosistemas costeros como manglares, arrecifes de coral, estuarios, y otros, lo que provoca un aumento en el nivel del mar, y con ello inundaciones, dañando edificaciones muy cercanas a la costa socavando sus cimientos.
El efecto invernadero que genera el fenómeno del calentamiento global, provoca inundaciones por el aumento del nivel del mar afectando a los arrecifes de coral, quienes ayudan a proteger a las playas del oleaje y la erosión costera, así como también reduce la entrada de luz solar en el fondo, afectando los procesos de fotosíntesis de especies esenciales para la vida del coral, y su capacidad para detener el oleaje y evitar que impacte la costa. Lo que significa que es necesario buscar la manera de solucionar el problema, ya sea de manera natural o artificial.
Para lograr lo anterior, es necesario realizar estudios de oleaje y marea, no solo como medida preventiva y correctiva, sino incluso durante la planeación de proyectos costeros, ya que invertir a tiempo en hidrografía, como estudios batimétricos puede ahorrarnos muchos recursos en el mediano y largo plazo.
Los estudios analizan las causas de la erosión costera con el fin de proponer soluciones o determinar la viabilidad de los proyectos en su caso. Las causas pueden deberse por una incorrecta ubicación de obras de protección, construcción de puertos, destrucción de arrecifes coralinos y pastos marinos (causas antropogénicas), entre otros, o por la interacción de procesos climáticos y meteorológicos (causas naturales).
Es muy recomendable realizar el monitoreo de las zonas en donde se desarrollen las soluciones planteadas en los resultados de los estudios, con la finalidad de conocer su evolución.
Por tratarse de un tema altamente especializado, lo más conveniente es asesorarse por expertos en el tema antes de tomar alguna decisión, ya que puede ser determinante en el éxito o fracaso en los proyectos costeros.