Dubái bajo el agua: una advertencia para América Latina

Dubái bajo el agua: una advertencia para América Latina

En abril de 2024, Dubái vivió algo que no entraba en sus planes: su tormenta más intensa en 75 años. En solo 24 horas cayeron más de 140 milímetros de lluvia. Una cifra escandalosa para una ciudad construida en pleno desierto.

Figura 1. Impacto de las lluvias extremas en Abu Dhabi observado desde el espacio. Fuente: NASA

Lo que vino después no sorprendió a nadie que trabaje en temas de infraestructura: calles anegadas, túneles cerrados, autos flotando, el aeropuerto bloqueado. Una ciudad que presume tecnología de punta, completamente superada por el agua.

Ahora bien… ¿qué pasaría si eso ocurriera en Cancún, Acapulco o Manzanillo?

o que no vemos… hasta que lo vivimos

En América Latina, muchas ciudades están paradas sobre redes de drenaje pensadas para lluvias que ya no existen. Diseños basados en promedios históricos que han quedado cortos frente a tormentas más intensas, más frecuentes y largas. Literalmente: el clima cambió, pero las tuberías siguen igual.

¿Y los resultados? Ya los conoces: vialidades intransitables, casas inundadas, turistas varados, negocios cerrados. Cada temporada de lluvias lo confirma.

Figura 2. Congestión vial en Dubái durante la inundación de abril de 2024

Y lo más preocupante: no estamos hablando de eventos extremos aislados, sino de una nueva normalidad que apenas estamos comenzando a entender.

¿Por dónde empezar a prepararnos?

No hay una solución mágica, pero sí hay medidas concretas que se pueden tomar desde ya. Aquí van algunas claves:

  • Actualizar los datos base: muchos sistemas pluviales aún operan con información de hace 30 o 40 años. Es urgente recalcular con datos actuales y con escenarios futuros.
  • Simular, antes de construir: ¿qué pasa si llueven 180 mm en tu ciudad en 6 horas? ¿Dónde se acumula el agua? ¿Qué zonas colapsan? Herramientas como SWMM, HEC-RAS o Delft3D Flexible Mesh permiten responder esas preguntas de forma anticipada y realista.
  • Diseñar con margen: las obras deben pensarse para lo que viene, no para lo que ya pasó. Eso implica aceptar la incertidumbre climática y proyectar drenajes con holgura.
  • No todo es concreto: las soluciones verdes no son moda, son necesidad. Parques inundables, techos verdes, jardines de infiltración… la naturaleza puede —y debe— formar parte del sistema.

La parte técnica sí importa (mucho)

En Tecnoceano, integramos modelación hidráulica e hidrológica con una visión climática de largo plazo. No se trata solo de simular lluvias: se trata de entender cómo se comporta el agua en entornos urbanos y turísticos, y qué se puede hacer para reducir el riesgo.

Analizamos la capacidad real del sistema de drenaje, identificamos los puntos críticos y diseñamos soluciones a la medida, combinando ciencia, tecnología y conocimiento local.

Dubái no fue un accidente, fue un aviso

Pensar que algo así no puede pasar aquí es un error. Dubái colapsó no por falta de recursos, sino por confiar en un sistema que ya no respondía al nuevo clima.

Figura 3. Imágenes satelitales de la zona de Jebel Ali, Dubái. A la izquierda, condiciones previas al evento extremo. A la derecha, múltiples áreas inundadas tras la caída de más de 140 mm de lluvia en un solo día. Destacan las zonas anegadas en azul, que contrastan con la infraestructura urbana del entorno. Fuente: NASA

En América Latina, el reto es mayor: menos presupuesto, más vulnerabilidades… pero también más oportunidad de hacerlo bien desde el inicio.

¿Vamos a esperar otra tormenta histórica? ¿O vamos a prepararnos desde ahora con visión, datos y decisiones informadas?

 

ELABORADO POR: MARÍA CARMEN ESPINOSA, WILLIAM ABARCA Y COSETTE KNAPP.