La erosión del litoral es un proceso natural causado por el aumento gradual del nivel del mar, vientos dominantes, condiciones de las corrientes y dinámica de los sedimentos; pero se intensifica por el desarrollo inmobiliario construido sin una planeación de proyectos costeros adecuada. Las playas en costas erosionadas sufrirán ajustes estacionales, modificarán su morfología y límites, mismos que son estabilizados por elementos como la duna. Las playas son parte de la primera línea de defensa contra la erosión excesiva del litoral.
La vegetación juega un rol importante en el control de la erosión en todos los hábitats, particularmente a lo largo de los litorales donde estabiliza y preserva el área capturando la arena arrastrada por el viento. La vegetación también ayuda a prevenir la pérdida del suelo y la erosión ocasionada por el viento. En sitios donde la erosión ha sido muy fuerte, son necesarios estudios de erosión de costa, para definir la solución más viable como el establecimiento de vegetación o construcción de estructuras para el control de erosión. Al mismo tiempo, la mejor protección contra las tormentas es construir casas detrás de la duna costera, dejando la vegetación nativa, esto no sólo es atractivo y provee comida y refugio para las aves y otros animales, sino que también previene la erosión de playas.
Aves, mamíferos, reptiles e insectos dependen de la vegetación de la costa para protegerse del sol y alimentarse de sus hojas, frutos, néctar y semillas; sin ella se tendría un ambiente desértico, con plagas de chaquistes, moscos y moscas, los cuales no tendrían depredadores.
La vegetación nativa en las costas de la Península de Yucatán, provee un hábitat especializado tanto para las aves residentes de distribución muy limitada, como para las miles de aves migratorias que pasan por la región dos veces al año. La vegetación de la costa de Quintana Roo tiene mucha influencia del Caribe, por ello se encuentran especies únicas de México como la paloma Zenaida y el Vireo yucateco, otras especies como el charrán mínimo y la paloma corona blanca vienen a anidar en primavera verano.
Aparte de las aves residentes y las visitantes del Caribe, toda la costa de la península de Yucatán, durante miles de años, ha sido testigo de los arribos de miles de millones de aves migratorias entre los meses de agosto a noviembre. Muchas de ellas llegan hasta Sudamérica, repitiendo este viaje de regreso en primavera, que se realiza principalmente en los meses de abril y mayo. Se estima que un tercio de los dos a cinco mil millones de aves que migran desde Norteamérica hasta los neotrópicos cada año, se quedan en la región o vuelan sobre ella.
En conjunto, 226 especies de aves migran a la Península, la gran mayoría cruzando el Golfo de México en un solo viaje, cubriendo una distancia entre 800 y 100 km. El ave más pequeña que hace este recorrido es el colibrí garganta rubí (Archilochus colubris) que vuela 30 horas sin parar desde la costa de Texas.
Sin duda la vegetación de la costa es sumamente importante para las aves y para la protección litoral que evitan la erosión de costas, así como refugio y alimento para especies que dependen de ella, pero ¿cuál es la importancia de las aves? Las aves realizan muchos servicios ecológicos, muchas especies de plantas dependen de las aves para su polinización y dispersión de sus semillas. A través de tales actividades, las aves ejercen una fuerte influencia sobre la composición biológica de los ecosistemas que dependemos todos. También contribuyen a la economía de los humanos como control de plagas, polinizadores e indicadores de salud ambiental.