En la Península de Yucatán debido a la conformación geológica, la circulación de las corrientes de agua es subterránea casi en su totalidad, los cuerpos de agua más importante son la Laguna de Bacalar, San Felipa, La Virtud, Guerrero y Milagros en el municipio de Othón P. Blanco, entre otros cuerpos de agua.
El agua de las lluvias se filtra en las rocas calizas del subsuelo provocando la disolución de la roca y con ello hundimientos que dejan al descubierto depósitos subterráneos de agua, los llamados cenotes. En algunos sitios con arcillas impermeables formando depósitos de agua conocidos como aguadas.
En el Estado de Quintana Roo, los problemas son principalmente de calidad y no de cantidad del agua subterránea, debido a la contaminación por introducción de sustancias químicas o de microorganismos a causa de la actividad humana y por la interferencia cuantitativa en los esquemas naturales de circulación a que da lugar el bombeo de las aguas subterráneas, favorecidas por las condiciones naturales expuestas.
El acuífero de Quintana Roo es altamente vulnerable a la contaminación, debido al gran fracturamiento y abundancia de oquedades de disolución de las rocas que lo constituyen, su alta conductividad hidráulica, el escaso espesor de los suelos y de la zona no saturada, propician la casi inmediata respuesta del medio hidrogeológico al agente externo (aguas residuales, agroquímicos, efluentes industriales y materia orgánica); así mismo, el acuífero es susceptible a degradación por el movimiento de la interfase salina a consecuencia de cualquier variación en las condiciones de flujo (entradas y salidas) del agua a su interior. No hay cursos de aguas superficiales, a excepción del río Hondo y pequeñas corrientes intermitentes, las lluvias saturan el terreno, colman el bajo relieve y se infiltran en el subsuelo, dando origen a las aguas subterráneas en cavernosidades laberínticas y pluvimorfas.
Estudios realizados han demostrado la necesidad de incrementar los esfuerzos en el manejo y tratamiento de los residuos sólidos y líquidos (aguas residuales), de lo contrario, los niveles de contaminación del acuífero demandarían tratamientos adicionales en el agua que se abastece a la población para poder garantizar la salud de la misma. Aunado a esto, tendríamos la pérdida de divisas turísticas que se observarían por la contaminación de las costas y detrimento de nuestros arrecifes coralinos.
Distinto impacto por zonas
Como ya hemos visto, la vulnerabilidad del acuífero a la contaminación es alta en términos generales; sin embargo, por la profundidad de los niveles estáticos y la alta precipitación, se tiene una atenuación de los efectos nocivos de lo contaminante en diversas zonas.
Se han identificado 4 zonas de mayor afectación por la contaminación, estas se encuentran repartidas en todo el Estado y son las siguientes:
- Cerros y Valles
- Cuencas Escalonadas
- Planicie Interior
- Costas Bajas
Actualmente en el Estado existen plantas de tratamiento y lagunas de oxidación, que descargan en total, principalmente al acuífero, 105,234,507.45 m3/año de agua residual tratada, por medio de pozos de absorción o de inyección, provenientes principalmente de las áreas urbanas como son: Cancún, Isla Mujeres, Cozumel y Chetumal; otras descargas provienen de la industria, los servicios y el sector pecuario.
Con el acelerado crecimiento turístico y de la población, aunado a la alta vulnerabilidad de nuestra agua; es de suma importancia una buena planeación y prever acciones para conservar los recursos hídricos del Estado.
Referencias:
http://www.monografias.com/trabajos75/estado-quintana-roo-mexico/estado-quintana-roo-mexico2.shtml#ixzz2MtDzzDae
http://www.monografias.com/trabajos75/estado-quintana-roo-mexico/estado-quintana-roo-mexico2.shtml#ixzz2MtEGNvwb